Hace varios años, un profesor de
Sipalki con el que compartí una clase me contó un anécdota real
que le ocurrió, que me hizo ver la necesidad de pensar en Bruce Lee
antes de un encuentro de marcial, sobre todo si se trata de defensa
personal.
Foto: Wikipedia.
Este profesor me relató que una vez,
estando entrenando en el Jardín Japonés de la Ciudad de Buenos
Aires, coincidió con un hombre que practicaba Kung Fu. Le dijo si
quería hacer un combate amistoso, y así lo hicieron...pero las
cosas subieron de tono (o, quizás, el practicante de kung fu no tuvo
el control suficiente) y terminó acorralando contra una pared al
profesor de sipalki, y mientras mantenía la pierna estirada a la
altura de su cuello, con el canto exterior de un pie lo estranguló y
lo durmió...
Momentos más tarde el profesor de
sipalki recuperó la consciencia sin daño alguno. Sin embargo esta
experiencia, me dijo, le hizo empezar siempre a suponer que
cualquiera al que se enfrentara puede ser mejor o más hábil que
uno. A mi me gusta decir, para resumir este aprendizaje: "siempre
hay que suponer que el otro es Bruce Lee" o, dicho de otra
forma, nunca subestimes a tu contrincante, aunque lo conozcas pero,
sobre todo, si no sabes nada de él.
Guiarse por las apariencias o por
cualquier otro signo exterior en estos casos puede ser
contraproducente, más vale ser humildes, aunque esto sea quizás uno
de los más difíciles logros que puede alcanzar alguien en el mundo
de las artes marciales o la defensa personal, o (todavía más
difícil) en el día a día de la vida y en las relaciones con el
otro.
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