Más de una vez me preguntaron (y yo me
pregunté en su momento) cuál es la importancia de la respiración
en las artes marciales, así que voy a dar la visión que tengo
actualmente sobre este tema.
Sanchin, un kata de karatedo que se mueve en función de la respiración.
Partamos del hecho de que en toda
actividad física o deportiva, la respiración, como base de todas
nuestras funciones metabólicas, es sin duda importante. Obviamente
si no respiramos bien, no nos oxigenamos bien y, por lo tanto, la
sangre no distribuye el oxígeno ni elimina el dióxido de carbono
como debiera. La actividad física incluye la actividad mental (ya
que el físico está regido por el sistema nervioso, y este es, a su
vez, indisociable de lo físico). O sea, la coordinación y los
reflejos no es posible si nuestro cerebro no funciona bien, y este no
funciona bien si no respiramos bien. Partiendo de este punto de vista
racional, es evidente que las artes marciales, como actividad
físico-mental, tienen que prestar atención a la respiración.
Pero la respiración es un proceso
inconsciente, así que bien podría decirse que no hace falta pensar
en ella o trabajarla de forma consciente, como se hace por ejemplo en
karatedo, en aikido, etc. Es aquí cuando hay que hablar de otros
elementos que, desde el punto de vista marcial y de la meditación,
nos aporta una respiración controlada.
Desde el punto de vista anatómico,
para poder respirar debemos poner en funcionamiento varios músculos,
principalmente el diafragma: cuando el diafragma se contrae y eleva,
se inspira, y cuando se distiende y desciende, se espira. A ello
ayudan, combinan su fuerza a través de cadenas musculares, los
músculos abdominales, entre otros: todos ellos en acción no sólo
permiten la respiración, sino también hablar, toser, gritar,
defecar, tener un hijo y, en definitiva, concentrar la fuerza en lo
que los japoneses llaman el "seika tandem" o el "hara",
es decir, el "centro" del cuerpo que se ubica, de forma
clásica, tres dedos por debajo del ombligo y a la altura del centro
del cuerpo.
Es un hecho que, a partir de la postura
del diafragma y los músculos abdominales, se podrá hacer más o
menos fuerza al fijar el centro del cuerpo, ya que por allí se
cruzan las cadenas musculares que permiten casi todos los movimientos
[1]. Por ejemplo, al evitar el descenso del centro del diafragma,
transformándolo en un punto fijo, elevamos las costillas y tensamos
el abdomen. Estos músculos rodean y estabilizan a su vez lo que es
el centro del equilibrio corporal, L3 y L4, vértebras lumbares que
son el eje de rotación de la columna. Al mismo tiempo, la
respiración va de la mano con la relajación: en función del
control voluntario o involuntario del ritmo respiratorio uno puede
relajar los músculos, bajar las pulsaciones y entrar, en definitiva,
en un estado de relajación...o todo lo contrario, si se eleva dicho
ritmo
Recapitulemos: la respiración no sólo
es importante de por sí por su función por todos conocida, sino
que, a través del diafragma y los músculos abdominales (entre
otros) nos permite, además de relajarnos o tensarnos ante una
situación determinada, dominar ciertas fuerzas corporales que
controlan el equilibrio y permiten, básicamente, mover de forma más
o menos eficiente cada músculo del cuerpo, asociado a las cadenas
musculares que cruzan por la zona central del tórax y el tronco.
Todos estos hechos racionalizados en la
era moderna gracias a la ciencia (medicina, biomecánica, educación
física, ciencias aplicadas al deporte, etc.) los conocían en la
práctica los maestros de artes marciales mucho antes, de ahí la
importancia ineludible que debían darle a la respiración. Al hacer
consciente, por tanto, esta actividad inconsciente permitían darle
la importancia que tiene en el entrenamiento o la práctica, para
luego, en condiciones reales, dejarla otra vez que fluya hacia el
inconsciente unida con la técnica marcial, que también termina por
desaparecer en movimientos naturales o naturalizados.
Pero los maestros de artes marciales
van más allá en su uso de la respiración, ya que para ellos la
respiración es un mecanismo fundamental para lograr la meditación
y, por lo tanto, trascender el plano físico de las funciones que,
hasta ahora vimos (someramente) tiene la respiración sobre el cuerpo
humano. Meditar implica controlar la respiración, ya que el control
de la respiración equivale al control del pulso, y este al nivel de
excitación o tranquilidad del ser humano. En un combate, el
autocontrol es algo fundamental, y este punto en común es lo que
hizo que la respiración y la meditación se "fundieran" de
forma indisociable con las ares marciales: quien controla el miedo a
la muerte y lo trasciende puede convertirse en el guerrero perfecto
(samurais y su bushido, etc.).
Así, vemos que se han diferenciado
muchos formas de respirar, y asociado a diferentes técnicas
marciales en diferentes disciplinas y artes. Por ejemplo, se habla de
respiración abdominal cuando se acompaña el acto de respirar con
una elevación y descenso del abdomen; de respiración sonora
exhalando por la boca, cuando esta hace un ruido que proviene del
diafragma (de forma similar a la técnica que usan los profesionales
del canto para no forzar las cuerdas vocales) o, contrariamente, de
respiración imperceptible de tipo nasal, no sonora, muy utilizada en
meditación; también se diferencia el hecho de que la respiración
vaya en función de los movimientos de un kata,
o los movimientos sean, al contrario, regidos por la respiración.
Todas estas formas de respirar tienen
una razón marcial y/o mística muy determinada y estudiada por
diferentes maestros de arte marciales, y que hace de la respiración
muchas veces la pieza fundamental sobre la que, tarde o temprano,
descansa el progreso técnico y (lo que es más importante)
espiritual de sus practicantes. Por ejemplo, golpear bien inspirando
es imposible, solamente podemos golpear espirando o reteniendo el
aire, pero nunca inspirando. Este hecho se aplica a la ejecución de
muchos movimientos técnicos donde la espiración se asocia a un
grito, lo que en artes marciales japonesas es el "kiai".
"Kiai" es, precisamente "ki"
(del que ya hablamos) más "ai", lo que se puede traducir
como "unión" o "armonización". En la práctica,
se usa la expresión para denotar la fuerza de un ataque mediante un
grito (espiración) y excede el ámbito de las artes marciales:
piensen, por ejemplo, lo que hace un tenista al golpear con la
raqueta, o un lanzador de martillo, bala o disco al lanzar su peso,
etc. Tradicionalmente el dominio del "kia" busca, en un
grito, unir lo físico con lo mental en el momento exacto de
equilibrio para vencer así al oponente. Incluso unir su mente con la
del oponente, priorizando la voluntad (también "ki") de la
más fuerte. Dicho de otra forma: respirar en el momento correcto y
de la forma correcta para moverse justo como es preciso.
Para los chinos el "qi" o
"chi", para los japoneses "ki", el "prana"
de los hindúes, etc., que habitualmente se traduce como "energía
vital" o "flujo vital de energía", en sentido amplio,
también significa "respiración" "aire",
"aliento" o incluso "estado de ánimo",
"voluntad" ya que la generación (o, más bien,
"captación") de energía interior va, para los orientales
en general, asociada al hecho de respirar, y este al estado
energético del individuo, lo que hace posible todo lo demás y,
desde ya, la práctica equilibrada de las artes marciales, donde
precisamente se pone en juego la vida misma.
El aikido es el camino ("do")
de la "armonización" (ai) de la "energía" (ki),
pero también de la armonización (ai) por medio de la "respiración"
(ki), lo que los recuerda al "kiai", ya que, de hecho, es
un término equivalente a "aiki", donde simplemente se
invierte el orden, siendo tradicionalmente sinónimos.
El karatedo, a su vez, puede entenderse
como el camino ("do") de la mano ("te") vacía
("kara"), y lo vacío sólo puede ser llenado con "ki",
o solo puede uno ganar energía, renovarla, cuando está vacío o se
vacía de su energía interior, aire (respiración, una vez más) a
través de la práctica marcial. De hecho, la acción de recoger el
puño en karate se asocia a la captación de energía, y luego, lleno
de ki, se procede al ataque, para que así cada ataque sea más
potente que el anterior. La velocidad con la que se recoja el puño y
se inicie el ataque irá asociada a un tipo determinado de
respiración, distinguiéndose las siguientes secuencias
respiratorias:
- Tan ton - Tan To : inspiración corta espiración corta. Golpe rápido (explosivo).
- Cho Ton - Tan To : inspiración larga espiración corta. Golpe lento (potente).
En ellas puede haber períodos de apnea
que se conocen como "tai", que pueden ser cortos o largos,
dando así otras secuencias respiratorias como:
- Ton No - Tai : aguantar el aire hasta el momento del impacto del golpe.
- Do No - Tai : aguantar sin aire para iniciar una defensa ante un ataque durante otro ataque, por ejemplo.
Siendo la respiración el "qi"
o, al menos, la principal herramienta para conocer, captar y manejar
el "ki", se entiende su papel fundamental en las artes
marciales orientales. Porque la respiración es también lo que, al
meditar, une o puede ser el centro sobre el que giren los
pensamientos, las emociones, los instintos o los estados de ánimo
psicofísicos del individuo que medita, lo que algunos maestros
asocian con el estado del propio cosmos y su captación por parte del
practicante...como si al meditar "respiráramos con el
universo".
Teniendo en cuenta podemos entender a
algunas artes marciales como, además de como disciplinas físicas,
como "meditación en movimiento", podemos comprender
entonces porqué se centran en la práctica consciente e inconsciente
de respirar de distintas formas y con distintos objetivos, y la
importancia que tiene el aire que inspiramos y espiramos, el "hálito
vital", en la tradición marcial.
Notas:
[1] Los músculos, pese a lo que puede
creerse en un principio con un estudio superficial, no actual nunca
de forma individual, sino de forma sinérgica, antagónica o agónica,
con otros músculos del cuerpo, en lo que algunos autores han llamado
"cadenas musculares".
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